martes, 6 de marzo de 2007

Imagen de la mujer española en los manuales de ELE

Aquí tenéis dos imágenes que ilustran dos diferentes manuales de español. El primero fue publicado en Francia en 1972 y se utilizaba todavía en Grecia cuando empecé a dar clase.El otro es uno elegido al azar entre los muchos disponibles actualmente y se publicó en España en 2005...

No hace falta preguntar a ninguna mujer con qué imagen se siente más identificada. Sabemos lo que hemos ganado, pero... ¿sabemos lo que hemos perdido?

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Por favor, continua con este artículo, necesito saber qué hemos perdido, soy de las que no lo saben

Leonor Quintana dijo...

No te voy a contar, Lourdes, nada que tú no sepas...
Conozco muchas mujeres jóvenes que están demasiado ocupadas haciendo carrera para tratar de labrarse un futuro laboral y van posponiendo su instinto maternal hasta que ya es demasiado tarde para tener hijos...
Conozco muchas chicas jóvenes que tienen problemas de bulimia o anorexia nerviosa por el ideal de belleza que se nos ha impuesto...
Conozco muchas mujeres que tienen problemas de conciencia por no poder dedicar suficiente tiempo a sus hijos...
Conozco muchas abuelas que ejercen de madres, y madres que ejercen de padres, y padres que ejercen de hermanos...
Y conozco muy bien a una que siente que no puede cumplir suficientemente bien con todo lo que se espera de ella!!!

Lourdes Domenech dijo...

Conozco muchas mujeres que tienen problemas de conciencia por no poder dedicar suficiente tiempo a sus hijos...

Yo estoy en ese grupo. Somos tantas.
Creo que lo que hemos perdido se traduce en una palabra "renuncia".

Anónimo dijo...

Si, todo eso pasa, pero me produce tanto horror la mirada ese pasado, que aunque para nada esto es perfecto, la balanza es netamente favorable.

No podemos culpabilizarnos por no ser perfectas, ni por no responder a lo que se pudiera esperar de nosotras. No somos sólo madres o solo profesionales o amigas, o todos los otros roles que nos tocan, somos todo eso, y el día sigue teniendo 24 horas. No podríamos ser quienes somos, y considero que merecemos mucho la pena, si siguieramos relegas al ámbito de lo doméstico. ¡Con lo grande que es el mundo!.

Creo que nuestros hij@s también agradecerán tener madres que pueden seguir siendo sus interlocutoras cuando sean más mayores, madres a quienes no se les paró el reloj cuando ellos vinieron al mundo. Estoy convencida de que ninguno de vuestros hij@s os cambiaría y se sienten más que querid@s y cuidados, seguramente también orgullos@s de esas madres un tanto peculiares que tienen.

Nos ha tocado vivir un tiempo de muchos cambios, y a cada momento le corresponden sus ansiedades, culpas y patologías. Yo prefiero estas a la depresión por "el nido vacio", o el miedo a salir sola de casa, que fueron patologías que acompañaron a las mujeres de aquel entonces.

Un abrazo a las dos.

Mª Isabel González Martínez dijo...

Muy interesante el debate que planteáis. Una cosa está clara, el papel de la mujer en la sociedad está cambiando. Eso es evidente. Pero, la cuestión es: ¿el papel del hombre ha cambiado?¿qué han perdido ellos?¿No seguimos educando a las niñas igual que nos educaron nuestras madres? ¿No cargamos con demasiado peso? ¿Por qué hay que elegir entre la familia o el trabajo?¿Por qué las propias mujeres despreciamos el trabajo de aquellas que se quedan en casa? Y alguna pregunta más, ¿los hombres han sufrido algún cambio en su educación?¿No siguen muchos pensando como lo hacían sus abuelos? No sé...Yo soy joven, tengo 28 años y no tengo hijos, pero entiendo lo que dice Leonor. No creo que haya que volver al pasado, pero sí deberíamos plantearnos por qué algunas cosas todavía no han cambiado...

Leonor Quintana dijo...

Muchas gracias por exponer aquí vuestros puntos de vista. Sé que el tema no es nuevo, pero vuestras opiniones son muy interesantes!

Anónimo dijo...

¿Por qué los padres trabajadores no tienen ese sentimiento de culpa que tenemos las madres, por dedicarle menos tiempo al cuidado de nuestros hijos? Es sencillamente cultural, de roles. Nos exigimos más a nosotras mismas, porque así nos lo demanda nuestra sociedad. Y la madre trabajadora que no tenga ese sentimiento de culpa, se ve como desnaturalizada.
Yo suscribo, plenamente, las palabras de Lourdes Barroso.
Besos a todas.

María José Reina dijo...

Me sumo tarde al debate (por aquello de los días de sólo 24 horas), aunque lo leí en su día. Estoy de acuerdo con casi todo lo que decís, aunque yo, con mi horario, no me siento culpable del tiempo que le dedico a mi hijo (si supieseis los de las mamás de los compis de David!!).
Estoy con Leonor de que de la generación de nuestras madres a la nuestra algo hemos perdido (aunque hayamos ganado otras muchas cosas). Por supuesto que el balance es positivo pero ...
Para mi madre, salir de una posguerra supuso ganar en todo: tener su casa, sus hijos, su marido, su estatus en la sociedad...
Para ella, no haber tenido que trabajar nunca fuera de casa ha sido un lujo, no una falta. Nunca se ha sentido inferior a mi padre, sino "protegida" por él.
Nuestra sociedad de ahora no nos permite elegir. Todo el mundo "está obligado a trabajar" para poder vivir, y os aseguro que las profes tenemos un lujo de horario que ya quisieran la mayoría.

ANTONIO SEGOVIA dijo...

"¿Por qué los padres trabajadores no tienen ese sentimiento de culpa que tenemos las madres, por dedicarle menos tiempo al cuidado de nuestros hijos?"

Bueno, bueno... No generalicemos... Soy padre trabajador (me honra decir que soy MUY trabajador) y le decdico a mis hijos el tiempo que puedo y parte del que no puedo, sin que ello me suponga ningún trauma, sin que sienta que estoy haciendo dejación de ninguna de mis obligaciones (ni profesionales ni paternales). Tengo el tiempo que tengo, ni más ni menos, lo reparto como mejor puedo. Creo que mis hijos están creciendo sanos de cuerpo y mente y no creo que el día de mañana tengan nada que reprocharme... (¡Ah, pero ahí está la maldita adolescencia, como unas gafas mal graduadas que les distorsionan la realidad...! Aunque, en fin, esa es otra historia y debería ser contada en otro sitio...).

Leonor, gracias por tu comentario en mi blog. ¡Qué envidia eso de estar en Grecia! Volvería allí las veces que fuera necesario...

Leonor Quintana dijo...

Lo de los horarios es una gran verdad, M.José!
Tengo alumnas jóvenes que trabajan 8 ó 9 ó 10 horas diarias en el sector privado (y no precisamente para cobrar horas extrordinarias). Y los chicos, exactamente igual... Imagínate además que aquí en Grecia las escuelas abren sólo por la mañana y no tienen servicio de comedor... ¿Cómo van a poder crear una familia y cuidar de sus hijos?

Antonio, muchas gracias por tu intervención!
Me alegra ver que te ocupas y preocupas de tus hijos, pero la actitud machista -que todavía existe- no es más que una parte del problema.

Realmente, los profesores somos seres privilegiados en mi opinión y nadie discute que algunas cosas han mejorado, pero mucho me temo que también estamos legando muchos y graves problemas a las nuevas generaciones!

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