Un amigo me ha enviado recientemente -adjunto a un correo- un archivo de sonido, extraído de un programa radiofónico, titulado Qué linda es la nieve. Siento no tener más datos para mencionar la fuente.
En él, un argentino nos lee el supuesto diario íntimo de un primo suyo que vive en Canadá... Me ha parecido divertido -espero que nadie se moleste por algunas palabrotas- y, sobre todo, me ha gustado cómo cambia de registro a medida que aumentan sus problemas y su frustración.Así comienza:
12 de agosto
Hoy me mudé por fin a mi nueva casa en Toronto. Qué paz que hay aquí. Qué bella campiña. Estoy impaciente por ver las colinas cubiertas de nieve. Qué bueno haber dejado atrás el calor, la humedad y los mosquitos. Esto sí que es vida.
Y así termina:
15 de mayo
Hoy por fin le vendí la casa a un canadiense cornudo. La verdad, ¿a quién se le ocurre venir a vivir a esta mierda fría y solitaria?Mañana vuelvo para Santa Fe; no veo la hora de llegar para poder disfrutar de la humedad, el calor y los mosquitos!
4 comentarios:
Hoy, entre clase y clase, con este audio me has alegrado el día. Suelo reiniciar equipos entre clase y clase, afinarlos un poco, arreglar configuraciones y demás… tarea aburrida y monótona. Pero hoy este entrañable boludo argentino me ha divertido un montón con su deriva desde la embelesada belleza del agosto canadiense hasta sus desesperados inviernos inacabables. Vamos, como para contarle aquello de lo “malo conocido…” .
Un abrazo desde Vitoria Leonor.
Ah, pues no sabes cuánto me alegro -de que te haya hecho reír un poco, no de que te quedes sin recreo por saber tanto de ordenadores-!!!
Un abrazo.
¡Qué bueno, Leonor! Yo me he reído un rato antes de marcharme a la cama. ¡Ese tarado boludo me alegró la noche! Gracias.
Un cordial saludo, Marcos :))
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